Descolonización:
La descolonización es el proceso mediante el cual una colonia consigue su independencia de un poder colonial; se trata de un proceso opuesto al del colonialismo.
La descolonización se produce mediante la independencia, la integración dentro de un poder administrativo o dentro de otro estado, o mediante el establecimiento de un estatus de libre asociación.
La descolonización es un proceso político mediante el cual una colonia se libera de su metrópolis, que con frecuencia involucra la violencia. En circunstancias extremas se puede llegar a una guerra de independencia, a veces después de una revolución. En otros casos se trata de un ciclo dinámico en que las negociaciones fracasan, seguidas de disturbios menores que resultan en represión por parte de la policía y las fuerzas militares, intensificándose revueltas más violentas que llevan a más negociaciones hasta que se obtiene la independencia.
La independencia es difícil de lograr despues de la Guerra Mundial, hubo un esfuerzo colectivo institucionalizado para que progresara esta causa a través de la Sociedad de Naciones. Bajo el Artículo 22 del convenio de esa Liga se crearon algunos mandatos. La intención expresa era la de preparar estos países para el autogobierno, pero la realidad fue sencillamente que se produjo una redistribución del control sobre las antiguas colonias de los poderes vencidos, primero y principalmente Alemania y el Imperio otomano. A este trabajo siguió el de las Naciones Unidas, con un sistema similar de territorios de confianza creados para ajustar el control sobre ambas excolonias y los territorios administrados por las naciones vencidas en la Segunda Guerra Mundial, incluido Japón.
Algunas poblaciones colonizadoras en ultramar han elegido retener su estatus colonial, por ejemplo Gibraltar y las Islas Malvinas. Asimismo, algunos poderes coloniales han promovido la descolonización para deshacerse de los costes financieros, militares y otros que suelen acumularse en las colonias donde los regímenes se han vuelto más benignos.
Los imperios se han expandido y contraído a lo largo de la historia, pero en algunos casos el fenómeno de descolonización ha producido resultados diferentes. Ahora, cuando los estados entregan tanto el dominio de facto de sus colonias como sus reclamos a tal dominio, las excolonias generalmente son absorbidas por otros poderes. Además, los poderes coloniales antiguos en muchos casos no solo han seguido existiendo, sino que también han mantenido su estatus como poderes internacionales, reteniendo fuertes vínculos económicos y culturales con sus excolonias. A través de estos vínculos, los poderes coloniales antiguos irónicamente han mantenido una proporción significante de los beneficios de sus imperios, pero con costos menores — así, a pesar de la resistencia frecuente a las demandas por descolonización, los resultados han sido satisfactorios para los intereses de los colonizadores.
Pocas veces la descolonización es lograda por una sola ley histórica particular, sino que en general se desarrolla a través de una o más etapas de emancipación, cada una de las cuales puede ser otorgada o conseguida con lucha. Estas pueden incluir la introducción de representantes elegidos (solo en calidad de consejeros o que votan, minoría o mayoría, o incluso exclusivos) y distintos grados de de autonomía o autogobierno. Así, la etapa final de descolonización puede ser poco más de entregar responsabilidades de relaciones externas y seguridad y solicitar el reconocimiento por el nuevo estado soberano. Pero, aun siguiendo el reconocimiento del estado, el grado de continuidad puede ser mantenido por tratados bilaterales entre gobiernos ahora formalmente iguales involucrando prácticas como entrenamiento militar conjunto, pactos de protección mutua, o aun la instalación de bases militares.
En un estado que no coloniza en sentido legal sus partes, la inequidad real a menudo causa que el componente políticamente dominante —muchas veces la parte más grande o más populosa (como Rusia, tanto en la U.R.S.S., formalmente federal, como en el imperio zarista previo), o el conquistador histórico (como Austria, la patria de la dinastía de los Habsburgo, dentro de un imperio de minorías eslavas)— sea percibido, por lo menos subjetivamente, como un colonizador en todo menos en el nombre; así que la desintegración de tal descolonización de facto.
Para complicar el asunto más, este puede coincidir con otro elemento. Así, las tres repúblicas bálticas, Estonia, Letonia y Lituania, argumentan que a ellas, en contraste con otras repúblicas ex-soviéticas, no se les podía otorgar independencia de la Unión Soviética porque nunca se integraron, sino que fueron ocupadas y anexadas militarmente por Stalin, y por lo tanto habían sido colonizadas ilegalmente, incluyendo deportaciones masivas de sus connacionales e inmigración no invitada de rusos étnicos y otras nacionalidades soviéticas. Incluso en otros estados pos-soviéticos que habían accedido formalmente, casi todos los rusos étnicos estaban tan identificados con la colonización soviética que se les hizo sentir tan poco queridos que volvieron a Rusia.
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